Wednesday, October 15, 2008

Un país construido por “Aliens”


No sé por qué este país esconde con tanto recelo la información que tiene sobre supuestos marcianos. Todos sabemos que los “aliens” sí existen, pero no son verdes, han estado en contacto ya hace unos siglos y es uno de los distintivos con que rotulan a los inmigrantes indocumentados.
Entre 1892 y 1924, alrededor de 12 millones de inmigrantes europeos entraron a Estados Unidos a través de la isla Ellis en Nueva York. Estos errantes fueron inspeccionados, tanto legal como médicamente, y se estima que tan sólo un pequeño porcentaje -formado principalmente por polígamos, criminales y portadores de enfermedades infecciosas- fue deportado.
La mayoría entró legalmente al país porque venían en barco, pero estoy segura de que si el continente europeo estuviera pegado a Norteamérica como México, la historia hubiera sido más parecida a la de hoy en día.
La verdad es que el hecho de ser “alien” -perdón inmigrante- en aquel tiempo y ahora, no refleja gran diferencia. Por lo contrario, los inmigrantes hispanos y los del viejo mundo tenemos muchas semejanzas.
Los europeos no aprendieron inglés inmediatamente, sino sus hijos y nietos. Solían vivir entre comunidades y, al igual que nosotros, tuvieron que encarar los problemas raciales y la discriminación.
Creo con fervor que todos los trabajadores que han dejado sus huellas extranjeras trabajando su sudor en esta tierra deberían ser mirados con respeto, porque han tenido el coraje de luchar por sus familias cruzando mares o desiertos. Aunque mi criterio no da para los que no respetan. Los criminales y asesinos deberían seguir la guía de la isla Ellis.
Los ciudadanos de esta nación deberían mirar la historia y agradecer los aportes hechos; mirar el vaso medio lleno y no el medio vacío. Los inmigrantes hemos sido útiles para los inventores y empresarios en la construcción de canales y vías férreas y los bajos costos de la mano de obra extranjera son y han sido perfectas para la construcción de las carreteras de este país.
Los “aliens” hemos cocinado, limpiado sus casas y baños, pintado y construido casas, plantado tierras y cuidado a los hijos de los ciudadanos de este país; todo por un módico precio.
Hemos ayudado a construir parte de sus grandes íconos arquitectónicos. En Nueva York, el edificio “Empire State” fue construido durante la Gran Depresión por 3400 obreros, muchos de ellos inmigrantes europeos e indios nativos norteamericanos.
Si nos transportáramos a la actualidad y a nuestra ciudad, los inmigrantes hispanos han sido partícipes de la mayoría de las construcciones importantes. El estadio de Las Panteras, el Arena de los Bob Cats, la interestatal 485, el Banco Wachovia, la corte y la cárcel del condado. Lo extraño es que en la época de estas edificaciones no había redadas masivas. Seguramente había que esperar a que los obreros terminaran.
Ahora, y después de tanto trabajo y camino andado, este pueblo quiere arrojar a una parte importante de los trabajadores que le han servido. Cada semana se sabe de alguna nueva redada, alguna nueva separación familiar.
Espero que los que se quejan de no tener trabajo -y viven con el cheque de desempleo- vayan a aplicar en las polleras, edificios, restaurantes, fábricas y granjas, de donde han sacado a los trabajadores inmigrantes.
Así también podremos ver la real necesidad de trabajo de la gente y podremos analizar si los desempleados de esta nación están dispuestos a ganar sueldos bajos, a trabajar horas extras y lidiar, muchas veces, con condiciones extremas al momento de laborar.
Ahora, y a pesar de mi mala memoria eclesiástica, recuerdo lo que me grabé en una clase de religión cuando era pequeña: “Fui forastero y me acogiste”. Lamentablemente hoy me suena más a: “Fui forastero, me utilizaste y me echaste”.