Tuesday, June 10, 2008

¿Reci qué?



Algo que me llamó la atención cuando llegue a Charlotte fue la cultura del reciclaje, porque cuando yo dejé Chile, hace ya nueve años, recién se estaba intentando educar a la gente sobre su importancia.
Hoy en día he comprendido que es una de las formas como cada uno puede ayudar a salvar este planeta, que es nuestro hogar, y el que parece estar un una carrera maratónica hacia la destrucción.
En mi caso personal, debo confesar que ese tema es uno de los pocos en los cuales mi novio y yo discrepamos. En ocasiones él se pasea por la cocina y me sorprende separando botellas o cajas con la intención de dejarlos en los contenedores designados de nuestro conjunto de departamentos. “¿Estás tratando de coleccionar cajitas amor?” me pregunta, con media sonrisa plantada en la cara y su típico sarcasmo. Yo, entre risa, pero tratando de mantener una actitud que sea merecedora de su atención, trato de explicarle que estoy tratando de salvar a la Tierra. Lamentablemente, hasta el día de hoy, mi actitud de héroe planetaria “wanna be”, no ha podido traspasar ni siquiera los límites de mi propio hogar.
Porque debemos reconocer que en este tema, como en varios otros, la pereza se apodera de nosotros. ¡Que flojera separar basura, juntar periódicos o botellas y darse el tiempo de ir a dejarlos a los lugares establecidos! Me consta que mi idea de “salvar la Tierra” puede sonar un poco altanera y ambiciosa, pero cuando varias personas tienen el mismo deseo, podría ser algo factible. Lo que pasa es que aún no aprendemos que los grandes cambios se logran con pequeños aportes y que cada persona puede ayudar a revertir esta situación que ha sido, por supuesto, creada por nosotros mismos.
El “juntar y separar cajitas” ayudaría a cambiar los materiales, que iban a ser desecho, en recursos valiosos. Además, por el hecho de que el reciclaje asiste en reducir vertederos e incineradores, también ayuda a disminuir la emisión de gases, que ha generado el cambio climatológico global, su vez, culpable del derretimiento del hielo de los polos. El nivel de las aguas está subiendo y eventualmente, si no hacemos nada, inundará a muchas tierras costeras; literalmente tendremos el agua hasta el cuello. Sólo como referencia, sesenta de las setenta y siete ciudades latinoamericanas más grandes están ubicadas en las costas. ¿Ha pensado que sucederá con las personas que vivan en esos lugares? La respuesta no es muy difícil de imaginar; migración masiva, y con ese tema ya tenemos suficientes contrariedades.
Si localmente cada hogar hispano comenzara a reciclar y lo convirtiera en una rutina de vida, no estaríamos solo ayudando a limpiar nuestro planeta, sino también, mostraría una cara positiva de nuestra comunidad inmigrante; una comunidad que se preocupa, una comunidad conciente. En Charlotte uno puede pedir ¡gratuitamente! los contenedores rojos que son para basura reciclable, los cuales son vaciados semanalmente el mismo día de la basura regular.
Por último, si usted considera que no conoce mucho el tema y que falta información en español, hágalo saber. Comuníquese con los periódicos o a las radios. Es tan fácil como cuando llama a pedir una canción en su emisora favorita. Yo por mi parte, me comprometo a conversar con mi jefe a ver si podemos tomar este tema con un poco más de urgencia.
Mucho se puede hacer, si tenemos las ganas y la disponibilidad. Creo que cuando se trata de la vida de todo un planeta y la extensión de la raza humana; la pereza, desidia, flojera, desinterés y abandono son sinónimos inaceptables. Si piensa en los hijos que tiene, en los que vienen en camino o los que piensa tener, ¿no cree que el visualizar el problemita que se les viene encima seria razón suficiente para despertar y reaccionar? ¿Y tú amor?... ¿Me ayudarías a separar cajitas?